Cuando yo estudiaba en el conservatorio, los pianistas teníamos nuestro propio libro espiritual: “Historia de la técnica pianística” contenía todos los secretos de nuestra profesión. Cada matiz, cada excepción, la diferencia precisa entre la mano de Chopin y la de Rachmaninov, las ganas de volar de Scriabin, o la posición de la falange del dedo índice de Mozart… todo lo que un futuro pianista debía saber estaba registrado en El Gran Libro, acompañando el relato sobre esa saga entera de pianistas y pianismos a la que aspirábamos, algún día, poder pertenecer.
Por eso quizás, me hace tanta ilusión ilustrar este artículo de su autor, Luca Chiantore, el que fue sin saberlo “mi gran maestro Jedi” en la distancia. Por eso y porque siempre da gusto ver volar mis dibujos lejos de las libretas donde nacieron.
Podéis echarle un vistazo en konpartitu magazine, que ayer publicó su sexta edición. En el mismo número encontraréis también mi propio artículo: “Las melodías del habla“, sobre los orígenes del lenguaje y la música y cómo estos pueden rastrearse a través del modo en que los padres hablan a sus bebés. Un tema fascinante del que también hablé el año pasado en Burgos.